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Mónica Utrera: “Las generaciones futuras tienen que ponerse manos a la obra para desterrar un paradigma cultural que avala el androcentrismo”

La Dra. Mónica Utrera, profesora asociada para los programas de Executive Education de Euncet Business School, presenta su primer libro “Y si me quieres ¿por qué me matas?”.  La Dra. Utrera, especializada en Filosofía Práctica, cuenta con un gran bagaje formativo en diferentes áreas como Marketing y Publicidad,  Dirección de Recursos Humanos y Administración y Dirección de Empresas, con una tesis sobre inteligencia emocional y rendimiento directivo.

Teniendo siempre como foco la perspectiva social, la Dra. Utrera es también presidenta de la fundación Nos-Otras y directora del programa Woman Executive Education (WEE©).

Con “Y si me quieres ¿por qué me matas?”, un ensayo de filosofía práctica fruto de años de investigación científica, la Dra. Utrera repasa las etapas clave del rol femenino y la coyuntura actual para la mujer del siglo XXI, “sin dejarse nada en el tintero”, tal y como ella afirma. De corte filosófico, “Y si me quieres ¿por qué me matas?” forma parte de una trilogía, de la cual una de sus otras dos partes se publicará en los próximos meses.

Con esta obra, la Dra. Utrera pretende que lo que se relata en sus capítulos carezca de sentido lo antes posible.

Acabas de publicar “Y si me quieres ¿por qué me matas?, un ensayo de filosofía práctica que desgrana la evolución del rol femenino y el feminismo actual”. ¿Por qué decidiste iniciar este proyecto años atrás? 

Porque necesitaba entender ciertas cosas que me pasaban a mí y a mis allegadas y a las que no encontraba una explicación.

¿Qué se encontrarán lxs lectorxs? 

La respuesta a preguntas que yo no he encontrado en ningún otro sitio. Estas se contestan, primero, a través de un recorrido por ciertos momentos históricos que nos traen hasta la actualidad. Segundo, a partir de lo que descubro en cuanto a que hay dos paradigmas culturales que funcionan a la vez en el interior de las mujeres y que les causa desorientación y sufrimiento. Por último, a partir de un esbozo de soluciones, tanto para las que viven este presente, como para las que vivirán el futuro.

Durante la investigación, ¿ha ido cambiando tu percepción sobre el feminismo en la actualidad o se constató la hipótesis inicial?

Ha sido un largo viaje de 6 años y he disfrutado de lo que iba encontrándome por el camino. Hay cosas que sospechaba y que se han confirmado, pero muchas otras me han dejado boquiabierta. Por ejemplo, saber que el patriarcado comienza a forjarse hace 10.000 años y que lo que nos sucede a las mujeres actuales guarda “en el Fondo” mucho de todo aquello, es una de las cosas que más me sorprendió.

A lo largo del libro abordas la evolución del rol de la mujer y cómo ha ido evolucionando hasta lo que conocemos ahora. ¿Qué etapas o momentos han sido los detonadores de esta evolución?

Los que yo he localizado en mi investigación son la transición del Paleolítico al Neolítico, La Edad Media, la Revolución Industrial con la construcción de la psicología moderna y el Mayo del 68. En futuras obras abordaré otros aspectos más cercanos en el tiempo que también he encontrado y que incumben al siglo XX.

“De una determinada idea de hombre brota una determinada idea de mujer”. ¿A qué te refieres con esta afirmación?

Cuando el machismo diseña un rol masculino y un mundo androcéntrico, a la vez, está determinando también una idea de mujer muy concreta. Es decir, si el patriarcado dibuja un hombre que está “por encima” de las mujeres, con ello ya está determinando el rol femenino que brota del primero.

‘Reversionado’, ‘más perverso’, ‘taimado’, ‘más sutil y escurridizo que el de antes’. Con estos adjetivos describes el machismo actual. ¿Por qué?

Porque el machismo se las ha apañado para seguir estando, pero como ahora nadie permitiría comportamientos machistas explícitos, el constructo se las apaña para permanecer entre nosotros, pero, por decirlo así, como “camuflado”.

En artículos anteriores al libro, comentas que “presentarnos como mártires nos perjudica (a las mujeres)”. ¿Por qué el feminismo debe mostrarse/manifestarse midiendo tanto el discurso para no caer en el ‘victimismo’? 

A lo largo de la historia las mujeres hemos sido víctimas de mil tropelías por parte de la sociedad y la cultura. Todavía hoy hay muchas mujeres víctimas de circunstancias que nos vienen a todos a la mente. Pero, cuando escribía esta frase lo hacía desde lo conceptual / general. Es decir, dejando a un lado situaciones de violencia machista brutales y completamente reprobables, el colectivo femenino creo que se hace un flaco favor si se muestra desde la perspectiva de víctima. Porque ser una víctima te deja poca posibilidad de acción.

¿Existe discriminación positiva, al igual que sucede con otros colectivos? 

¡Ups! Esta es una pregunta peliaguda y entorno a la cual hay un interesante debate. Resumiéndolo mucho, me gusta creer que las medidas que concluyen en discriminación positiva, se instauran como un “punto intermedio” y que a la larga desaparecerán. Comprendo que se instauren para dar lugar a mujeres que, de otro modo, no llegarían donde se merecen. Pero también pienso que todo tipo de discriminación es negativa en sí misma. Te digo que hasta yo misma tengo el debate en mi interior.

Siguiendo en esta línea, también comentas cómo se siente tu generación (Generación X), marcada por la dualidad de la mujer moderna entre ser independiente, autónoma y empoderada, a la vez que es ama de casa, madre y con marido (o en su defecto pareja). ¿Qué supone para la mujer de hoy esta ‘presión social’?

Este es el auténtico quid de la cuestión. La presión es tremenda y eso es lo que lleva al sufrimiento de muchas. Causa de dolor que comienza a desarticularse cuando descubres lo que pasa realmente y que en Y si me quieres ¿por qué me matas? explico. Cuando entiendes que es imposible vivir estas dos vidas o, mejor dicho, conciliar estos dos roles asentados sobre una dualidad de paradigmas culturales, ya tienes mucho ganado. Resumiendo: La ‘superwoman’ no existe. Es imposible.

En artículos anteriores, contextualizas el enfoque de tu investigación sobre el feminismo y, por ende, tu posición. ¿Por qué es tan importante centrar el discurso feminista en la mujer? ¿Qué papel juegan los hombres? ¿Y la enseñanza?

Bajo mi punto de vista los hombres tienen un papel importante y opino que no deben ser vistos como enemigos de las mujeres. Más bien, pienso que hay que considerarlos aliados. De ellos, como el otro 50% de la sociedad, depende que los cambios que buscamos sean efectivos.

La enseñanza es la base. El patriarcado es un constructo cultural que va pasando de generación en generación. Se aprende y por lo tanto se puede cambiar.

¿Dónde radica la perpetuación de esa desigualdad marcada por el machismo?

En la cultura. Hoy en día el patriarcado sobrevive gracias a la dualidad de paradigmas culturales en base a los que nos comportamos. Mejor dicho, se mantiene gracias al paradigma del pasado que todavía permanece en la “Estructura”, en “el Fondo”, en las “aguas subterráneas” del presente.

También hablas sobre ‘micromachismos’. ¿La sociedad actual es consciente de ellos? ¿Cómo se pueden combatir?

No, en la mayoría de ocasiones no somos conscientes. De hecho, la “gracia” de los micromachismos es que son prácticamente imperceptibles. El también llamado ‘neomachismo’ solo se puede combatir estando muy atentos y atentas a todos esos pequeños comportamientos que siguen siendo machistas. Así, detectándolos, podremos comenzar a erradicarlos.

Las instituciones, cada vez, son más conscientes de la desigualdad latente entre hombres y mujeres. Algunos gobiernos, como el de España, han apostado por abordar esta problemática social reforzando el Ministerio de Igualdad. ¿Qué papel consideras que deben jugar las instituciones? 

Esto se relaciona en cierta medida con la pregunta acerca de la discriminación positiva. Personalmente “me molesta” que haya un ministerio que vele por estos asuntos. Pero entrecomillo “me molesta” porque me gustaría que no tuviese que existir. Sin embargo, comprendo que en la situación en la que estamos, desgraciadamente todavía es necesario.

Durante la investigación, ¿qué dato o relato te ha resultado más llamativo? 

El papel que ha jugado la psicología moderna, la iglesia e incluso el feminismo en todo este asunto. Cómo estas instituciones han modelado un determinado rol femenino que ha llegado a nuestro presente.

¿Qué consejo o qué mensaje le darías a las generaciones futuras? 

Que se pusiesen manos a la obra para desterrar del todo un paradigma cultural que, como te decía, avala el androcentrismo y que ya no debería estar entre nosotros.

Además de haber publicado el libro “Y si me quieres ¿por qué me matas?”, también eres directora de dos programas de formación executive de Euncet Business School: el executive master en Leadership & Management y el posgrado en Liderazgo y Habilidades Directivas. Como docente, ¿impartes la enseñanza con perspectiva de género? 

Totalmente. No podría ser de otro modo. Pero no solo yo, sino también el resto del equipo. Para nosotrxs en el aula no hay, por decirlo así, “hombres o mujeres”. Para nosotrxs hay seres humanos a los que ayudar, enseñar y guiar.

¿Qué dinámicas observas entre tus estudiantes?

Que cada vez son más conscientes de las desigualdades de género. De hecho, concretamente en el PLHD entablamos numerosos debates acerca de nosotros mismos como líderes y es fácil que afloren este tipo de temas de los que ahora tú y yo estamos conversado. Me alegra ver que con el paso de los años los argumentos van variando, acercándose a una versión más equitativa de la sociedad en cuanto al género se refiere.

Por último, ¿crees que algún día dejará de ser necesario el activismo feminista? 

Espero que sí. Insisto en que, de hecho, me parece alucinante que todavía tengamos que poner sobre la mesa este tipo de temas. En la introducción del libro explico que lo he escrito con una motivación autolítica. Es decir, esperando que lo antes posible, lo que en él se relata, quede obsoleto por completo. Deseando que en no demasiado tiempo el contenido de la obra se vea como anécdota y retrato del pasado que ya solo las abuelas recordarán y contarán qué pasó.