¿Qué impacto tienen las operaciones en la sostenibilidad?
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Operaciones y sostenibilidad

¿Qué significa “sostenibilidad”?

Existen numerosas definiciones de lo que significa el término sostenibilidad, en este caso hablamos de sostenibilidad en un sentido amplio de la palabra. Nos referimos al impacto que tiene el negocio en el medio ambiente o en la sociedad.  En relación al impacto en el medio ambiente tenemos un número importante de indicadores: las emisiones de CO2, la gestión de los residuos, la eficiencia energética o la gestión del consumo de agua, por ejemplo.

Por lo que respecta al impacto en la sociedad, hablamos de respeto de los derechos humanos en todas sus formas: de diversidad e inclusión, de contratación no abusiva y ética corporativa o de fórmulas de protección de datos y protección de propiedad intelectual.

La relación entre las operaciones y la sostenibilidad

La relación entre las operaciones y la sostenibilidad

Todos estos aspectos de la sostenibilidad están directamente relacionados con las actividades propias de las operaciones. Las operaciones no sólo garantizan la ejecución de la propuesta de valor para los clientes y la competitividad para los accionistas, intervienen directamente en todos los aspectos de la sostenibilidad con respecto al entorno en el que operan y a la relación con sus empleados, clientes y proveedores.

Desde un punto de vista sistémico,  las operaciones engloban todos los procesos de transformación de inputs en outputs, sean productos o servicios.

En este sistema de operaciones intervienen numerosos elementos como el desarrollo de nuevos productos, los aprovisionamientos, la producción y la logística.

  • Desarrollo de nuevos productos: la definición de los elementos que compondrán los nuevos productos  determinarán su impacto en el medio ambiente. Ejemplo de ello lo podemos encontrar con la migración a packaging reutilizable y reciclable.
  • Aprovisionamientos: los abastecimientos están vinculados tanto a la ubicación de las materias primas como a las condiciones en las que son extraídas. Ejemplo de ello lo encontramos en la polémica sobre las condiciones laborales en la extracción de cobalto en la RD Congo para la fabricación de coches eléctricos, que ha llevado a marcas como Volkswagen o Tesla a firmar acuerdos para asegurar el respeto a las condiciones básicas de trabajo.
  • Producción: los estándares de fabricación y la tecnología utilizada para la transformación productiva impacta directamente sobre las emisiones, los consumos energéticos o los residuos que se puedan generar. 
  • Logística: las rutas de transporte, los vehículos utilizados para el transporte, la configuración de pallets o la disposición de las cargas en un mismo vehículo determinan la huella de carbono y, por lo tanto, el impacto medio ambiental de una compañía.

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La sostenibilidad como preocupación social

La sostenibilidad como preocupación social 

La población cada vez está más concienciada con la preservación del medio ambiente. Ahora, los consumidores valoran más en su decisión de compra las acciones que las empresas toman en todo el end-to-end para combatir el cambio climático y la preservación del medio ambiente, del mismo modo que están atentos a las prácticas corporativas en todo el eje de responsabilidad social. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) cada vez tiene un mayor peso en la estrategia empresarial, pese a que es algo que existe en las empresas desde finales de la década de los 90.

Es importante que las empresas vean la sostenibilidad como un proyecto a largo plazo, un aliado para garantizar sus resultados en el tiempo. Paradójicamente, el compromiso con la sostenibilidad debe estar presente en el día a día, en cada decisión que se toma desde el departamento de operaciones: dónde se va a abastecer la empresa, cómo se va a llegar al cliente, qué tipo de producto se va a diseñar…la suma de estas decisiones debe estar tutelada por el paraguas de la estrategia operacional en línea con la estrategia de la compañía.

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Aportar valor, competitividad y sostenibilidad, la combinación perfecta para la viabilidad

Aportar valor, competitividad y sostenibilidad, la combinación perfecta para la viabilidad

Durante los últimos años, existe una conciencia general basada en tres pilares: aportar valor a los clientes con productos o servicios, ser competitivos y ser sostenibles a largo plazo. ¿Qué quiere decir esto? Aquellos negocios que aplican prácticas abusivas, tanto contra el medio ambiente o a nivel social con condiciones precarias, pueden verse afectados negativamente. Muchas multinacionales han cambiado sus malas praxis porque vieron cómo su branding se vio afectado por ello. Ejemplo de ello lo podemos encontrar con Nike y sus subcontrataciones de mano de obra barata en países en vías de desarrollo, y la necesidad de revisar las condiciones laborales para la subcontratación. O en Nestlé con sus cápsulas de café de aluminio, y la búsqueda de soluciones para la gestión del residuo.  

Tendencias sostenibles

Tendencias sostenibles

Algunas de las  tendencias que afianzan las operaciones hacia la sostenibilidad incluyen:

  • La digitalización consigue que las empresas sean cada vez más eficientes en sus procesos de fabricación y en sus flujos de información. Las tecnologías entorno a la Industria 4.0 favorecen la minimización de los residuos, las emisiones o los consumos energéticos. Poder hacer simulaciones con Digital Twin o fabricación aditiva (3D), contribuirá a la sostenibilidad de los procesos productivos. Del mismo modo que la automatización de almacenes o la entrega de paquetes con drones en la última milla son pasos para reducir el impacto en el medioambiente.

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  • Aplicar metodologías de mejora continua hace más eficientes los procesos de producción, permite reducir excedentes y optimizar mejor los recursos. 

A través de Lean manufacturing las operaciones consiguen mantener el equilibrio entre coste y servicio (a igual nivel de calidad), reduciendo tiempos y eliminando pérdidas innecesarias.  No hay nada nuevo en estas metodologías pero son la mejor apuesta para la sostenibilidad de los procesos que se requiere actualmente.  

En resumen, la sostenibilidad y la competitividad no son antagonistas, por el contrario hacerlas compatibles garantiza la viabilidad a largo plazo, por lo que ambas deben incluirse y retroalimentarse dentro de la estrategia de la compañía.

Estas reflexiones de Marta Caballero, directora del posgrado en Dirección de Operaciones de Euncet Business School, forman parte de la Charla ON: «Operaciones y sostenibilidad, cómo cumplir con la Agenda 2030». 

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